Comercio sufre por el alza en las tarifas de las importaciones

Un rally nunca antes visto ha tenido a nivel global el precio del traslado de contenedores por mar desde agosto a la fecha, a causa de un desajuste de oferta y demanda por el coronavirus. Los envíos por avión también incrementaron sus tarifas en meses recientes a tasas de entre 50% y 200%. Según operadores de la industria, las alzas podrían continuar el próximo año, aunque más acotadas. Las cámaras de comercio locales acusan que esto afectará a las pymes, las que probablemente tendrán que subir sus precios a sus clientes finales.

Daniel Hoppmann es socio de Fahren, una empresa que importa bicicletas y scooters eléctricos. Entre agosto y septiembre hizo un pedido de contenedores exclusivos con estos vehículos, provenientes de China. Pero en medio del trámite, su trader le dijo que los precios de los fletes marítimos subieron más del doble.

“Antes pagaba menos de US$ 2.000 o máximo US$ 2.500 por un container de 20 pies -precio un poco más elevado que el promedio por ser carga delicada-, y ahora ese precio está en torno a US$ 6.000”, comenta el empresario. Por esa razón, Hoppmann decidió mantener su encargo en tierra china, esperando a que las tarifas navieras bajen. Llama seguido a su trader, quien le informa que día a día las tarifas siguen al alza, y cree que esto se mantendrá, por lo menos, hasta fines de febrero, cuando concluya el Año Nuevo chino.

“No he querido importar, porque si lo hago tendría que subir los precios irremediablemente”, y reconoce que “no sé si aguante hasta fines de febrero con mi stock actual, por lo que aún estoy evaluando si voy a tener que traer el contenedor con las tarifas actuales, por lo que en ese caso tendré que subir los precios de mis productos, quizás entre un 5% y 10%, lo que además podría verse empujado porque en el mercado de las bicicletas se está viendo desabastecimiento”.

La historia de Daniel Hoppmann, que refleja el galopante incremento de precios durante los últimos meses de la pandemia del coronavirus para traer contenedores con mercadería -en especial desde Asia-, se repite en otros importadores.

“Conozco a un comercio grande que tiene dos mil contenedores parados en China y que no les han podido confirmar el embarque”, relata Sebastián Santa Cruz, gerente corporativo comercial de la firma de agenciamiento y logística Agunsa, parte del holding Empresas Navieras, que vendió en 2015 su negocio de contenedores a la alemana Hamburg Süd, más tarde absorbida por la danesa Maersk.

Santa Cruz detalla que “el flete entre enero y agosto estuvo estable entre unos US$ 1.000 y US$ 1.700 por contenedor. Luego se fue a US$ 5.000 y no es lo que creo, lo digo porque tenemos diez mil contenedores”.

Con la pandemia, cuenta el ejecutivo, en todo el mundo bajaron las importaciones, entre un 10% y 50%, dependiendo de cada país. En el caso de Chile, entre enero y octubre cayeron un 19,9% en relación al mismo periodo de 2019, según datos del Servicio Nacional de Aduanas.

Ante este escenario de menor intercambio comercial en la primera parte de la pandemia, las navieras globales hicieron blank sailling, es decir, cancelaron algunas salidas de rutas regulares de barcos de contenedores. Por ello salió del mercado una cantidad considerable de capacidad, lo que habría nivelado la oferta y la demanda entre enero y agosto.

Sin embargo, la reactivación de las importaciones en Europa y Norteamérica, en línea con una mayor reapertura del confinamiento, hizo que la demanda se disparara, lo que se juntó con la peak season o temporada alta de los encargos para la temporada navideña.

Con el aumento de la demanda mundial, Santa Cruz explica que los contenedores repartidos en todo el mundo -que demoran en torno a 30 o 40 días en retornar a su lugar de origen- comenzaron a ser muy solicitados. “Esto ha hecho que mientras menos contenedores disponibles para embarque haya, más suben los fletes. En una peak season normal los precios de fletes aumentan alrededor del 30%, pero ahora aumentaron alrededor del 300%”, ilustra, e incluso afirma que “aunque alguien esté dispuesto a pagar el precio del contenedor, puede que no se le asegure su transporte inmediato”.

Para ser exactos, el precio del flete desde Asia a Latinoamérica, medido por el Índice de Contenedores de Carga Spot desde China a Latinoamérica (SCFI Shanghái – Santos), se elevó desde US$ 500 por contenedor en la semana del 13 al 19 de julio, hasta US$ 4.805 en la semana del 23 al 29 de noviembre, lo que implica un alza del 861%.

Con un 27% del total de todo lo que se ha importado marítimamente en Chile entre enero y octubre según el Servicio Nacional de Aduanas, China fue, con distancia, la mayor fuente de mercancías tipo CIF, es decir, de los productos en que el vendedor es el responsable del costo y contratación del transporte marítimo hasta el puerto de destino especificado por el comprador. De acuerdo a la Cámara Marítima y Portuaria de Chile (Camport), el 95% de las importaciones del país se realizan por la vía marítima.

Si el costo de flete de los envíos spot desde China han escalado un 861% desde julio, los que provienen de otras latitudes no han subido de la misma manera. Por ejemplo, los productos que vienen por vía marítima desde Norteamérica (Canadá, EE.UU. y México) significan, según Aduanas, casi el 23% de las importaciones chilenas. En esta ruta, al igual que desde Europa, Santa Cruz estima que el valor de los fletes se ha incrementado en los últimos meses entre un 20% y un 30%.

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Fuente: La Tercera

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