China: descenso de inversión extranjera
Muchos fabricantes chinos están trasladando parte de su producción a otros lugares del mundo para retener a sus clientes. Este es un intento deliberado y táctico de protegerse frente a los crecientes riesgos geopolíticos y retener a sus clientes occidentales, muchos de los cuales se han vuelto inquietos y más cautelosos sobre sus cadenas de suministro, y buscan cubrir sus apuestas abasteciéndose en un mayor número de países. Confiar únicamente en las operaciones en China ya no se considera la apuesta más segura para los fabricantes, pues el estatus de «fábrica del mundo» del país ya no es tan fuerte como en el pasado. Además, el gigante asiático se enfrenta a una crisis demográfica cada vez más grave que dificulta la contratación de mano de obra cualificada. Los dirigentes chinos han respondido con un gran esfuerzo para atraer a los inversores extranjeros. Sin embargo, China ha registrado un descenso de la inversión extranjera directa en los cuatro primeros meses del año. Y sus recientes redadas de seguridad nacional contra consultoras extranjeras han empujado a las empresas de otros países a reevaluar aún más los riesgos asociados a operar en China. Esta es ahora la realidad a la que se enfrentan muchos de los exportadores chinos: las empresas estadounidenses se decantan por otros países asiáticos, y esto ocurre en medio de unas perspectivas económicas mundiales débiles y de las crecientes tensiones entre China y el Occidente liderado por Estados Unidos.
Por otra parte, en EE.UU. la Autoridad Portuaria de Georgia (GPA, por sus siglas en inglés) está lista para llevar más carga desde sus muelles a puntos del interior, luego de haber obtenido la aprobación ambiental de las autoridades federales para una terminal interior cerca de Gainesville, Georgia. Ahora se está moviendo para finalizar un acuerdo de subvención con la Administración Marítima por $ 46,8 millones para construir un puerto interior. De acuerdo con el cronograma de GPA, el movimiento de tierras debería comenzar en julio, lo que conducirá al inicio de la construcción de la terminal el próximo enero para comenzar a operar en el verano de 2026. La instalación podrá manejar 60,000 contenedores por año.
Mientras tanto, en Europa, según un informe de Drewry, los puertos han pasado por una buena cantidad de traumas durante y después de la pandemia. Ahora se enfrentan a desafíos actuales y nuevos, sobre todo a medida que el mundo de los puertos y el transporte marítimo presiona por la descarbonización, hace frente al impacto de la guerra en Ucrania y reequilibra las operaciones para hacer frente al crecimiento espectacular del comercio electrónico. Santiago García Milà, subdirector general del Puerto de Barcelona, dijo: “La cadena logística no se siente muy bien. La oferta y la demanda no encajan como hace diez años. Tendremos que encontrar nuevas soluciones para eso. Pero en las disrupciones puedes encontrar oportunidades.” Barcelona gestionó un récord de 70,9 millones de toneladas en 2022, lo que representa un crecimiento del 6,9 %; todos los segmentos de tráfico tuvieron resultados positivos excepto los contenedores, donde las importaciones cayeron un 29,5% (y las exportaciones crecieron solo un 1%).
Por otro lado, en Chile, en el marco del International Transport Forum (ITF) Summit de la OCDE, el ministro de Transportes y Telecomunicaciones de Chile, Juan Carlos Muñoz, en su calidad de presidente de la Junta de Aeronáutica Civil (JAC), junto con el viceministro de Transporte y Servicios Logísticos del Reino de Arabia Saudita, Rumaih M. Al-Rumaih, firmaron un Acuerdo de Servicios Aéreos (ASA) entre ambos Estados. El acuerdo incluye varios aspectos que facilitan la relación aerocomercial entre ambos países como la liberalización del criterio de designación de aerolíneas; la libertad para la determinación de tarifas; la posibilidad de acuerdos de cooperación comercial entre aerolíneas, como joint venture y códigos compartidos; y flexibilidad operacional para el arrendamiento de aeronaves. En otro orden de cosas, según el boletín electrónico número 491 del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, los puertos chilenos encabezaron el flujo de carga marítima de Bolivia durante el 2022, movilizando 4 millones de toneladas de un total de 5,6 millones. A pesar de los esfuerzos del gobierno boliviano por reducir la dependencia de las terminales chilenos, los datos no reflejan un avance considerable. En cuanto a las exportaciones, el 79% de la carga se movilizó a través de puertos chilenos, mientras que el 21% restante salió de Perú. Por parte de las importaciones, el 92% entró por Chile, destacando la participación del puerto de Arica, que sólo en sí mismo manejó el 53% de dicho volumen.
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